Monday, September 27, 2010

COSAS DE MI TIERRA

 


Cuba, en “Así es Cuba” editada en 1950 presentada en Cosas de mi Tierra en Guije.com. Presentamos esta obra de la Ciudad de La Habana en tres partes: Edad Antigua de La Habana, Edad Media de La Habana y Edad Moderna de La Habana

Cuba y su capital, La Habana

Edad Media de La Habana
“Corría el año 1762 y la ciudad de La Habana era presa de intensa conmoción ante el ataque de los ingleses que se preparaban para el asalto… A partir de esta fecha se puede afirmar que el progreso de Cuba marcha firme y rápido, manifestándose principalmente en su capital ya que la ciudad, como dice el Conde de Rivero “había crecido mucho después de ser tomada por los ingleses y tenía muy buenos edificios públicos como la Casa de Gobierno o Palacio de los Capitanes Generales que aun hoy es uno de los mejores; la Intendencia, la primitiva Casa Consistorial, llamada de Armona; los teatros del “Diorama” y el “Principal”; los palacios de los marqueses de San Felipe y Santiago, Casa Calvo, Arcos y Casa Jústiz; los de los condes de Casa Bayona, Villalta, Lagunilla, Casa ‘ Montalvo y San Juan de Jaruco”.
“El aspecto general de la ciudad era aquel que in mente nos traslada a los tiempos de los caballeros de capa y espada que, en las penumbras de la noche transitaban por las calles y las plazas en busca de un romance, de un idilio o de un lance amoroso llevando siempre la mano en la empuñadura de la espada dispuestos siempre a defender el honor de su dama y de su rey. La Condesa de Merlín así de bella nos la pinta cuando dice: “Así era La Habana con sus balcones, sus tiendas y sus azoteas, con sus preciosas casas bajas de la clase media, casas de grandes puertas y ventanas enrejadas; las puertas y las ventanas, todo está aquí abierto; se puede penetrar con la mirada hasta en las intimidades de la vida doméstica, desde el patio regado y cubierto de flores hasta el aposento de la niña, cuyo lecho está cubierto de cortinas de linón con lazos color de rosa. Más allá están las casas aristocráticas de dos pisos y entresuelo, rodeadas de galerías que se divisan a lo lejos por sus largas filas de persianas verdes”. Y podemos completar el cuadro con Bachiller Morales cuando dice: “Los mercados, los paseos, el muelle, paraderos de berlinas de Güines y Matanzas van cubriéndose progresivamente de gentes que concurren ora a pasear la mañana, ora a embarcarse o a despedir a los amigos que se ausentan de la ciudad. Las náyades, vestidas de negligé y tiradas por muelles carruajes se dirigen a sus centros de recreo que se llaman “El Recreo”, “Las Delicias” o “La Elegancia”. Los ensayos de las cornetas y tambores, el tiroteo de las tropas en instrucción, las volantas de alquiler, los quitrines particulares y las filas de carretones que comienzan su estrepitosa tarea van preparando el ruido que sigue en aumento”.
“Por su significación de específica elegancia de aquellos tiempos idos, merece que destaquemos, con la ya mencionada Condesa de Merlín la personalidad que acompañaba a los quitrines que “eran todos de particulares. Lo primero que se veía de estos carruajes era un negro y dos grandes ruedas que sostenían una especie de cabriolé de caja muy baja. El negro iba magníficamente vestido y montado en una mula. Llevaba botas perfectamente charoladas que sólo le llegaban hasta la clavija y le dejaban ver la caña de la pierna negra y lustrosa; un zapato perfectamente charolado y adornado con un lazo completaban este singular calzado compuesto de dos partes. Su pantalón de lienzo blanco y los escudos de armas bordados en los galones de su casaca, hacían resaltar más y más el ébano de su tez y los diferentes matices negros de su calzado y de su sombrero galonado”.
“Como nota de contraste del otro lado de la bahía a La Habana saludaban El Morro con su Castillo todo blanco y La Cabaña, la fortaleza color de rosa que contrastaban con la pátina del tiempo que en negro sus rocas destacaba.
“La Catedral marcaba el ritmo de la vida ciudadana con las solemnes notas de su reloj. A las 7 a.m. a las gentes despertaba, a las 9 a sus pastos a las vacas reintegraba, a las 10 a las gentes enfrentaba con suculentos y bien servidos manjares que el almuerzo integraban, a las 12 el reposo imponía, a las 3 p.m. la comida iniciaba, a las 5 otra vez la vida citadina su animación aumentaba hasta el toque de oraciones que poco a poco a sus casas a los vecinos reintegraba hasta que el concierto de música, frente al palacio ponía la nota postrera del día que pasaba mientras tras las rejas los suspiros se escapaban entre besos furtivos que mozos y mozas se prodigaban burlando la vigilancia descuidada de los que pretendían impedirlos…
“Así fue escribiendo las páginas de su Edad Media la ciudad que desde 1762 a 1902 transcurrió en la inconsciencia de sus destinos, entre arrogantes desfiles, gritos de guerra, persecuciones o sueños hasta que una alborada sonó el grito de ¡Viva Cuba Libre! que le abrió de par en par las puertas esplendorosas de la libertad.

No comments:

Post a Comment